Cacao, un mercado no tan dulce
- LaLlamaFinanciera
- 3 abr 2021
- 2 Min. de lectura

Por: Miguel Morales Gutierrez
El mercado del cacao fue uno de los más cotizados en diferentes siglos, y hoy en día, nos sigue cautivando su enorme sabor lleno de alegría. Los productos obtenidos de él van desde aplicaciones farmacéuticas, usos en belleza y en la gastronomía. El más preciado de ellos es su producto final que es el chocolate.
Pese a tener un gran impacto en nuestra felicidad, la producción y recolecciones aún se encuentran en manos de pequeños productores de origen campesino e indígenas. Donde alrededor de 9000 familias aportan el insumo del aceite del cacao a La Paz, Beni, Cochabamba, Chuquisaca, Santa Cruz y Pando. Insumo que va tomando valor agregado en las grandes familias chocolateras de nuestro país como ser: Ceibo, Para Ti, Breick, Cóndor, y otras que aportan esta golosina a nuestra comunidad, según el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT).
La materia prima igual es exportada por la calidad silvestre que posee. Los mercados extranjeros que apetecen nuestro cacao son: Alemania, a donde se exporta la materia prima (cacao en grano) y sus derivados (cáscara, pasta, manteca, polvo y chocolate); Italia y Suiza que importan solo el cacao en grano; Argentina, Paraguay y Perú solamente productos terminados como chocolates; y Chile, Estados Unidos, Japón y Países Bajos compran productos intermedios.

Sin embargo, por el cierre de fronteras a causa del COVID-19, el mercado estuvo paralizado el 2020. A finales del año pudo recobrar sus fuerzas mostrando un ascenso del 2,5% en ventas después de las medidas de levantar control fronterizo; registrando así un flujo de divisas de 2.4 Millones USD, cifra que se proyecta en crecimiento para este 2021. El lado negativo, es que esto debe ser esperado hasta fiestas que motivan su consumo, como ser pascuas, fiestas de primavera o navidad.
Es increíble como el mercado sigue siendo atractivo y que el oro del cacao aún sea un mercado que puede recuperarse rápidamente luego de una pandemia. Pero viendo el lado no optimista, aún se registra una precariedad en el trabajo rural, donde las normas y leyes de trabajo están ausentes y, por lo general, la materia prima en sí, aún no es pagada en razón a los mercados de commodities internacionales
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