Cochabamba, tierra de nadie.
- LaLlamaFinanciera
- 7 sept 2020
- 2 Min. de lectura

Por: Fabián Miranda
A raíz de la crisis, al menos 741 empresas cerraron en el país durante el primer semestre de 2020; dato que representa un incremento del 179 % con relación al mismo periodo de 2019, año en que cerraron alrededor de 256 empresas —hechos que realmente pueden bajarle la moral a nuestros futuros emprendedores—.
La presidenta de la Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía (Cadepia), con datos de Fundempresa en mano, mostró que si hasta julio de 2019 existían 11.413 empresas inscritas en el país, en julio de 2020 sólo aparecían 6.964; lo que supone una reducción del 35 % a nivel Bolivia.
En Cochabamba, existían 2.963 empresas registradas hasta julio de 2019, y en el mismo mes de 2020, hay unas 1.039; manifestando una caída del 63 %. Si bien la situación de las micro, pequeñas y medianas empresas en el país es demasiado crítica, lo es más en Cochabamba, como lo muestran los datos estadísticos. Según Zelaya, esto se debe al abandono permanente que sufrimos los cochabambinos por parte de nuestras autoridades —y creo que todos estamos de acuerdo—.
Es más, puso como ejemplo al Viceministerio de la Micro y Pequeña Empresa, quien suscribió un convenio con la Cámara de Industria y Comercio (Cainco) de Santa Cruz para favorecerse con los créditos 1, 2, 3. Sin embargo, hasta la fecha no hay nada concreto para Cochabamba.
Irónicamente, dichos créditos comprometidos no han estado al alcance de las posibilidades de las empresas cochabambinas, por lo que estas se ven obligadas a cerrar. Sin mencionar que las obligaciones para con el Servicio de Impuestos Nacionales, Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), y la Caja Nacional de Salud (CNS), prácticamente están dilapidando las alternativas de poder sobrevivir a este duro golpe. En palabras del Presidente de la Federación de Empresarios Privados: «No es posible que, a sabiendas de cómo está el mercado, se estén exigiendo cumplimientos de estas características».
Si hablamos de los sectores más golpeados en el país, podríamos mencionar los siguientes:
Venta por mayor y por menor, el sector de reparación de vehículos automotores.
Alojamiento y comida.
Los servicios profesionales y técnicos.
Industria manufacturera.
En fin. Como bolivianos, debemos apoyar a las empresas nacionales que son indudablemente las que sostienen este país. El simple hecho de consumir productos y servicios nacionales, hace una gran diferencia para que puedan seguir adelante, y para que juntos, salgamos de esta.
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