Por: Fatima Rocha
Gente protestando en la calle dejando un muerto y varios heridos a raìz de la peor crisis económica y política en setenta años, es la situación que vive el país que vive a base de exportación de canela, el té, el café, el caucho o el coco, Sri Lanka.
Los precios mundiales de los alimentos se encuentran con precios máximos históricos y este país con ubicación estratégica que conecta Asia occidental y el sudeste asiático no se vio excento de este problema, impactando directamente en las importaciones de bienes básicos como el arroz, la leche o carburante, solo hasta 2020 las importaciones ascendieron a 14 millones de euros.
Sin embargo, ya antes la situación era crítica con una deuda externa de 46.000 millones de euros y una gran escasez de reservas extranjeras, podemos encontrar a los bonos soberanos internacionales como el componente principal de la deuda externa del país los cuales estarian sufriendo impagos a causa de toda esta crisis.
Como consecuencia Fitch Ratings, S&P Global Ratings y Moody´s han disminuido la calificación crediticia de estos bonos anunciando a los inversores que este activo incrementaría su riesgo; y no es por poco ya que Sri Lanka debe 78 millones de dólares en pagos de intereses sobre estos bonos.
Anque esto no fue un impedimento para acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI) en busca de más dinero para cubrir tanta deuda, se trata de 4.000 millones de dólares por medio de un Instrumento de Financiamiento Rápido (RFI) el cual esta destinado principalmente a “urgencias” como incrementos en los precios de los productos básicos, desastres naturales o conflictos.
El FMI es consiente de la incapacidad de pago de deudas anteriores del país y centra su conversación en reetructuraciones de pago; según el ministro de Finanzas, Alí Sabri, son necesarios entre 3.000 y 4.000 millones de dólares antes de recibir cualquier nuevo préstamo del FMI, es poreco que el gobierno contempla a otras organizaciones como el Banco Asiático de Desarrollo (ADB) o el Banco Mundial para salir de esta.
Suscríbete a la Llama Financiera para más artículos así.