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Dolarización en Venezuela: ¿Solución o parche?

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    LaLlamaFinanciera
  • 27 ene 2021
  • 5 Min. de lectura

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Por: Melanie A. Alba Sossa


Dando cumplimiento al artículo 237 de la Constitución de la República, el Jefe de Estado, Nicolás Maduro Moros, realizó este martes 12 de enero, la entrega de la Memoria y Cuenta 2020 ante la Asamblea Nacional (AN). El mensaje anual del presidente venezolano tocó distintos puntos, entre ellos, y en mayor medida, referentes al COVID-19. Entre las cifras alarmantes presentadas por el mandatario, aquellas que contextualizan la situación económica venezolana son:

  1. Venezuela percibe 98.6% menos ingresos que en 2013. «Pasamos de tener más de 50.000 millones de dólares en 2014 a disponer apenas de 743 millones en el año 2020», expresó Maduro.

  2. El desempleo aumentó en dos puntos porcentuales en comparación al 2019 (8.8%).

  3. La pobreza también aumentó. Según el gobernante, pese a que después indicó que los datos oficiales no se encuentran todavía disponibles, manifestó que en 2020 la pobreza general en Venezuela fue de 17%, mientras que la pobreza extrema llegó al 4%.

  4. El bombeo de la estatal petrolera PDVSA cayó un 69% entre 2015 y 2019, un fenómeno que llevó al país caribeño a perder ingresos por el orden de los 102.500 millones de dólares.

Ahora, vale la pena mencionar que estas cifras arrojadas por el mandatario venezolano contrastan fuertemente con cifras de estudios de la Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI), por ejemplo, la misma dice que 76.4% de los venezolanos no pueden acceder a la canasta básica, que 96% vive en situación de pobreza general y el 79% en pobreza extrema


De todas formas, pese a que las cifras son totalmente distantes —vaya uno a saber por qué—, el presidente Maduro sí afirmó la caída de los ingresos, el aumento del desempleo, el aumento de la pobreza, y la caída de los ingresos por venta de petróleo. Esta situación es la que lleva al siguiente punto.

  1. El presidente habló de un proceso de dolarización de facto que se está llevando adelante en el país, y explicó la situación por la que atraviesa la economía venezolana (CNN Primera Mañana). Actualmente, este proceso se ve encaminado a una dolarización oficial. «Se está autorizando la apertura de cuentas a todo nivel en divisas convertibles, en dólares», dijo el presidente Nicolás Maduro durante su discurso anual a la nación.

¿A qué se refiere con la dolarización de facto? El economista José Guerra explicó a EFE que esta dolarización «es la respuesta ante la destrucción del bolívar como moneda, que está dejando de existir y solo queda para pagos menores». Se considera que la pandemia instauró una dolarización de facto en Venezuela, a tal punto, que de 10 operaciones, 7 se concretan con la divisa estadounidense.


Para hacerlo más fácil, la dolarización «de facto» es una dolarización no oficial, o informal, entendida como un proceso que aplican los agentes económicos para resguardarse en una moneda fuerte (en este caso, el dólar), utilizándose para todas aquellas operaciones económicas necesarias, como productos y servicios, alquileres, presupuestos, reparaciones, ahorro, entre otras. Este tipo de dolarización informal genera presiones sobre el tipo de cambio, aumentando la demanda por el dólar y disminuyendo rápidamente el poder adquisitivo de la moneda local.


Y… ¿dónde estamos ahora? El bolívar ha perdido casi todo su valor al devaluarse un 95,30% en 2020. Para comprar un dólar en enero del pasado año, se necesitaba 48.709 bolívares, mientras que para el 30 de diciembre, los ciudadanos necesitaban Bs. 1.027.912 según el mercado paralelo, y Bs. 1.107.198,58 en la tasa oficial.


Además, se estima una inflación para los últimos 12 meses de 1,858%. Los billetes de bolívares pierden valor en tiempo récord, lo que aumenta la necesidad de pagos digitales y divisas para facilitar las transacciones.


Este fenómeno no es nada nuevo, y es aquí interesante mencionar que años atrás, el candidato Henri Falcón, propuso la dolarización para derrotar a Nicolás Maduro en 2018, esta idea fue considerada la «más concreta y controvertida de la campaña». En ese entonces, Francisco Rodriguez era el asesor económico de Falcón, quien insistió que el principal problema económico que enfrentaba Venezuela era la hiperinflación, que producía que los precios crezcan sin control. «Lo primero que hay que hacer es detener la hiperinflación», y para ello, el plan considerado creíble y exitoso era la dolarización.


Ahora, en 2020, paradójicamente es el gobierno oficialista en disputa quien ya habla de cuentas de ahorro y corriente en divisas, aunque mantienen su postura de «recuperar» la moneda local. En el discurso anual, fue Maduro quien dispuso que ahora los venezolanos puedan pagar en bolívares con tarjetas de débito de sus cuentas en dólares. La propuesta de Maduro permitiría el uso generalizado de tarjetas de débito conectadas a estas cuentas. Es decir, los bancos locales ya pueden ofrecer cuentas en dólares estadounidenses, pero las transacciones se ven limitadas debido a la falta de un sistema de compensación que permita transferencias electrónicas de fondos entre distintos bancos. En una entrevista para Telesur, a propósito del nuevo año, al presidente en disputa de la nación suramericana, Nicolás Maduro, se le preguntó directamente sobre el fenómeno de la dolarización, y en la respuesta, adelantó que puso la meta de «cien por ciento de economía digital».


«¿Y, por qué no dolarizan de una vez Venezuela?». Son muchos los ciudadanos que, en las calles, claman por la divisa estadounidense como solución inmediata para la lamentable situación económica en la que se encuentran.


¿Podrá ser entonces, estos los pasos hacia una dolarización oficial en Venezuela? Para que se entienda mejor, la dolarización oficial, a diferencia de la informal, es la sustitución oficial por parte del Estado de la moneda local por el dólar. Esto significa que todas las operaciones económicas del país se realizarán en dólares, como por ejemplo: los precios de bienes y servicios, salarios, alquileres, cuentas bancarias, etc. (Vale aquí aclarar, que también existe la figura de declarar el dólar como moneda oficial junto a la moneda local.)


Con una hiperinflación desmesurada, la devaluación del bolívar sobornado y cuentas públicas inmersas en un caos institucional, parece que Venezuela se ve sin más opciones encaminada a seguir la línea de Ecuador o Panamá.


A raíz de esto, se derivó en un sinfín de opiniones. Por un lado, salieron a relucir las evidentes ventajas, partiendo desde el mismo hecho de tener y manejar una moneda estable, estabilizar la economía, bajar la inflación y los intereses, se evita la especulación y se da lugar a un libre movimiento de capitales. Por el otro lado, tampoco faltaron las observaciones que implica dicha medida, empezando por la más obvia, la pérdida de la política monetaria por parte de un Banco Central, siendo este eliminado como mecanismo para emitir dinero, transfiriendo esta función a la Reserva Federal de Estados Unidos. Además de la pérdida del símbolo monetario.


Sin embargo, es importante no caer en simplismos, y entender que no se puede tapar el sol con un dedo, o en este caso, la hiperinflación, corrupción, pobreza, inestabilidad, desempleo, institucionalidad débil, y retraso tecnológico con el dólar. Por ejemplo, Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, menciona el siguiente escenario: «Si China devaluara su moneda con respecto al dólar, sus productos se abaratarían. De este modo, a una Venezuela hipotéticamente dolarizada y con un retraso tecnológico, le resultará mucho más difícil venderles a los europeos, lo cual evidencia más este problema de competitividad». El economista Ronald Balza, profesor en la Universidad Central de Venezuela (UCV), advierte: «Se le está atribuyendo al dólar la propiedad de corregir problemas institucionales que son los que causan esta inestabilidad cambiaria y monetaria que vivimos. (…) Poner la discusión en que dolarizar nos ayudaría a resolver los problemas, es dejar todos los problemas vivos; es atribuir al dólar un poder mágico que no tiene, mientras el Gobierno sigue haciendo lo que quiere con los recursos públicos».

En definitiva, es difícil no concordar con Balza, puesto que, creer que la dolarización es la solución inmediata a todos los problemas, es dejar todos esos problemas sin resolver. Y es que, el caso venezolano en particular, tiene grandes problemas en su estructura e institucionalidad desde hace ya mucho tiempo, por lo que mejorar su situación económica necesitará más que solo el dólar, necesitará de un elaborado y bien pensado plan integral para la reestructuración económica del país.


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