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El desastre de YPFB

  • Foto del escritor: LaLlamaFinanciera
    LaLlamaFinanciera
  • 29 abr 2021
  • 2 Min. de lectura

Por: Diego Clavijo Orozco


Cuando hablamos de empresas que “sacan adelante” al país, es inevitable hablar de YPFB, quien desde el inicio fue una empresa que sustentó a Bolivia por la explotación y venta de hidrocarburos, que ocupó el 32% de la ganancia total de exportaciones de todo el país para 2019, y que gracias a su ganancia, se sustentan bonos como el Juancito Pinto, la renta dignidad o el subsidio materno, así como es parte de PIBs departamentales en Tarija, Chuquisaca o Santa Cruz.


Sin embargo, esta empresa que gozó la bonanza del gas, y por ende, se tenga cierta estabilidad económica en todo el país, hoy está con serios problemas que pueden representar daños económicos severos a futuro ¡Qué mal!


Hablar de un daño contra YPFB representaría hablar de un daño para todo el país, sobretodo porque Bolivia depende en gran parte de los hidrocarburos, y qué yacimientos tenga riesgos, significa que los riesgos son para los bolivianos, y precisamente, de eso trata esta mala noticia.


Después de un mal 2020, investigaciones impulsadas por el Gobierno, demuestran que YPFB y subsidiarias tendrían un daño económico de $us 1,2 MM en 2020, algo alarmante teniendo en cuenta que la pérdida estimada rondaba los $us 52, 5 millones (La Razón), algo que queda lejano a lo real.


Para el Gobierno actual, la culpa recae sobre el ex ministro de hidrocarburos, Victor Zamora, a quien se acusa de “desfalcar” la estatal, y no ayuda que al día de hoy no se conozca el paradero de la ex autoridad, por lo que las sospechas aumentan.


Pero … ¿de dónde nace esta afirmación?


El Gobierno, a la cabeza de la directora de transparencia de YPFB, Erika Chavez, justifica su acusación basándose en contratos irregulares de la empresa (Los Tiempos), así como desembolsos irregulares a la aparente cabeza de Zamora, teniendo en cuenta que ninguno de los pagos pasaron por cotizaciones ni licitaciones.


No ayuda que hace un par de semanas, varios trabajadores de la empresa denunciaron despidos en la planta “Gualberto Villaroel” de Cochabamba (Los Tiempos), y alertaron sobre un déficit que atravesaba yacimientos, donde los que “pecaban” eran los trabajadores.


Sólo para darnos una idea del daño; YPFB invierte $us 74 MM de dólares en la perforación de un pozo, como sucede en el pozo Saavedra, por lo que el daño registrado en 2020 (supuestamente por un desfalco), perjudicaría a la exploración, perforación y explotación de nuevos pozos que pueden contribuir con la empresa, así como se cuantifican daños a subsidiarias como YPFB Transporte, Andina o Chaco, quienes fungen como pilares de la empresa.


Las acusaciones del actual Gobierno pueden ser ciertas o no, sin embargo, lo cierto es que los “platos rotos” lo paga la empresa y aquellas que están detrás de la misma, y por ende, los trabajadores quienes podrían perder sus trabajos, en una de las estatales más importantes de la economía boliviana.


Está claro que el reto para el Gobierno debe ser fiscalizar la empresa, para levantarla y evitar una catástrofe, pero siempre de manera transparente.


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