El estaño despega en Bolivia

Por: Diana Lucelia Ponce de León Murillo

Como todo en la vida, las malas rachas terminan, y al parecer, el mal desarrollo del estaño en Bolivia vuelve a repuntar reflejando un incremento del 23,4% en sus exportaciones a febrero del 2021. Esto se da principalmente por los datos positivos (aumento) de los precios de materias primas en el mercado internacional como ser, la plata, oro, cobre y, por supuesto, el estaño.

De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las exportaciones de estaño durante los dos primeros meses del 2021 llegaron a 398,2 millones de dólares. Incrementando un 23,4% más que el mismo periodo del año pasado.

Puntos favorables para el estaño: El precio del oro —otra materia prima— supera los 1.700 dólares la onza. Por otro lado, el tercer mayor productor de estaño, Birmania, paralizó sus operaciones por conflictos políticos y, por ende, se redujo la oferta mundial. —Punto para Bolivia—.

Escenario del 2020 para el estaño:

La renta minera se redujo en 69% durante el 2020, llegando a tener 182 millones de dólares en comparación del 2019, cuyas cuentas reflejaban 587 millones de acuerdo con los datos publicados en la rendición de cuentas del 2020 por el Ministerio de Minería y Metalurgia.

En la oportunidad, el ministro del área, Ramiro Villavicencio Niño de Guzmán, reportó también una disminución en el valor de la producción de minerales en 2020; cuando se alcanzó a 2.621 millones de dólares, un 42 por ciento menos en relación al valor de 2019, que llegó a 4.495 millones (Fuente: Los Tiempos).

En general, la minería y, por ende, el estaño y su producción, juegan un papel determinante en nuestra economía —claro que esto se cumple cuando existe mucha demanda y/o los precios internacionales están altos—. Sin embargo, se ve la necesidad de una importante inversión de capitales para la tecnología, para modernizarse, y hacer de esta industria una mucho más rentable y eficiente.

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