El Rally hacia la Normalidad
- LaLlamaFinanciera
- 18 feb 2021
- 5 Min. de lectura

Por: María Laura Torrico Ramos (columnista)
Normalidad, probablemente la última palabra que el mundo esperaba extrañar tanto, o peor, que pensaba que iba a tener que “renunciar” a ella en orden de poder sobrevivir. Hace casi un año, las vidas del planeta entero dieron un giro de 180° grados, cada país, cada persona tuvo que adaptarse a la inevitable realidad que se avecinaba, en todo este proceso de adaptación, unos países resultaron más preparados que otros, o más resilientes, pero al final del día los países con más recursos parece que van a poder ser los primeros en lograr escapar de esta «nueva normalidad».
La mayor promesa que la humanidad ha tenido en esta crisis sanitaria tiene forma de vacuna, pero el nuevo problema que se enfrenta ya no es por su capacidad de producción o abastecimiento sino por un lado por la eficiencia que estas puedan tener contra la variante del virus, pero más aún, por la disparidad en la distribución que las vacunas puedan llegar a tener. Es decir, para contextualizar se tiene el ejemplo más claro que países desarrollados han realizado pedidos de vacunas de hasta 5 veces la población de sus países, como es el caso de Canadá y Reino Unido mientras otros apenas tienen los recursos para llegar a cubrir una vez la cantidad de población que tienen, como México o Venezuela.
Ahora más allá del problema de acceso a nivel gubernamental, también está el problema de la logística y distribución a nivel nacional, ya que el nivel de eficiencia de estos también podría ser determinante a la hora del diseño y aplicación de las políticas de reactivación económica, que todos los países necesitan desesperadamente.
En este sentido la realidad refleja el comportamiento y las capacidades de cada nación para manejar de manera eficiente o ineficiente, este compromiso con su población, bajo esta línea se tiene ejemplos de países como Israel en un periodo de 6 semanas han podido vacunar (por lo menos la primera dosis) al 45% de su población, llegando a cubrir al sector de salud y a más del 80% de la población mayor de 60 años, siendo el líder en esta “carrera de vacunación”, lógicamente entre otras razón esto se debe a la facilidad que se tuvo en términos de acceso de la población por su estructura compacta de las ciudades y también a que no es un país con una población muy grande como Brasil, pero se trata de características que han sabido aprovechar.
Siguiendo con este análisis si bien se tienen que países como Estados Unidos o la India con poblaciones muy grandes, estas requieren un mayor esfuerzo tanto en logística como en abastecimiento de vacunas, siendo que casi 2 meses, el primero ha conseguido vacunar a por lo menos el 12% de la población, sigue siendo uno de los países que lideran esta carrera, así como Chile que igual esta al 12% y Reino Unido al 23%, sin embargo, a medida que esto es una buena noticia para dichos países, el resto del mundo se encuentra bastante rezagado ya sea por el acceso a nivel país de las vacunas o su fracaso en términos de logística de distribución, países como Bolivia hasta la fecha ha administrado 10.167 dosis, que abarca aproximadamente al 0.09%, siendo que a la fecha se tenían comprometidas la llegada de 20.000 vacunas Sputnik V para finales de enero y 992.430 vacunas del paquete COVAX para mediados de febrero, entre las vacunas Pfizer y las de AstraZeneca y 500 mil vacunas de Sinopharm para finales de febrero, sin embargo el problema principal permanece, en términos de acceso local por la débil logística implementada por las autoridades gubernamentales.

Ahora bien, según estimaciones realizadas por entidades como Bloomberg, con la data recolectada hasta la fecha, se estima que si muchos países mantienen el ritmo de vacunación como hasta la fecha, existen varios países como China o la India que tardarían hasta 7 años en llegar a un estado de inmunidad de al menos un ratio de más del 75% de vacunados dentro de su población elegible, mientras otros podrían llegar a alcanzar esta inmunidad en periodos de un año o dos.
Es por eso que entre rezagos internos y externos de cada nación, el problema puede empezar a nivel local en términos de medidas de reactivación económica, incluso en la flexibilización de medidas de confinamiento y por ende en la vuelta a la normalidad perdida puede estar más o menos lejos, pero no solo acaba en las fronteras de cada país, esto adquiere un poder multiplicador a la hora de que el comercio internacional es afectado, este problema se vuelve una externalidad negativa, ya que puede ser que en términos de oferta de un bien, existan ganadores y perdedores entre países, sin embargo esta externalidad también afecta a la demanda de un bien, es decir si el poder de compra de un país se ve afectado negativamente debido a esta debilidad provocada por las vacunas, esto también incidiría en el precio internacional de un bien, hacia la baja, debido a que ese país ha perdido en cierta medida la capacidad de compra.
En este sentido es que un país por sí solo difícilmente puede salir adelante solo, como es el caso de los países desarrollados que son los que potencialmente podrían, ya que también dependen de lo que sucede en el mercado internacional y sus relaciones comerciales, es decir si su demanda se contrae, tampoco es una buena noticia, e incluso en el caso de los países desarrollados que importan bienes de los países en vías de desarrollo, si estos tienen problemas para reactivar su oferta, también incidiría negativamente no sólo en términos de satisfacción de la demanda sino también en los precios. Por ende, estamos enlazados entre absolutamente todos en este proceso de recuperación.
Si entramos a analizar el panorama microeconómico de los países, esto también se refleja en las decisiones a tomar de cada industria, es decir cuanto más pueden soportar de producir y percibir este nivel reducido de ingresos y los costos incrementados, así como la reducción en términos de productividad de los trabajadores, obligaciones financieras a cumplir, también el gobierno tiene que tomar las decisiones con respecto a los paquetes de estímulo fiscales como reducción impositiva, o subsidios, incluso transferencias monetarias podrían ser más o menos eficientes, dependiendo del nivel de eficacia en términos de la logística de las campañas de vacunación e inmunización de las respectivas poblaciones.
En el caso de Bolivia la pandemia ha demostrado las debilidades de esta economía con mayor claridad, como la imperante necesidad de industrialización en ciertos rubros y la inversión pública en términos de educación y salud, en este sentido a mayor retraso e ineficacia en el proceso de vacunación podría no significar solo una profundización en términos de una recesión económica sino podría significar literalmente la delgada línea para un número de empresas en diversos sectores la oportunidad de recuperarse o no hacerlo, por ende el nivel de pobreza al cual las personas de este país puede caer y la esperanza del momento de recuperar la “normalidad” perdida, ya sea en meses o hasta en 7 años.
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