¿Estamos viviendo una pesadilla?
- LaLlamaFinanciera
- 20 oct 2020
- 4 Min. de lectura

Por: Pablo Garcia Quint - Columnista
No, no me refiero a las elecciones. El Banco Central inyectó 24 mil millones de bolivianos a la economía; equivalentes al 10% del PIB, informó en una nota Página Siete. Lo que llama la atención, es que el nivel productivo en Bolivia está apagado. Entonces, ¿es esta emisión inorgánica? La respuesta más simple es, que sí. La brecha recesiva en la que se encuentra Bolivia amerita, dirían algunos, que tal medida tenga lugar. Si bien la economía se encuentra con una caracterización de alto desempleo, baja producción y baja inflación, la emisión monetaria hace más bien que daño. Pero, ¿qué tan cierto será esto?
En la nota, se explican ocho medidas con las que el Banco Central decidirá implementar esta política económica expansiva. La primera medida consistía en la compra de títulos a las AFP por parte del Banco Central para dar más liquidez a los bancos comerciales. La segunda medida fue una inyección monetaria de Bs. 1500 millones, y Bs. 900 millones adicionales como financiamiento a través del BID para apoyar a las PYME. La tercera medida consistía en desembolsar 1.122 millones como créditos para empresas con una tasa 3,73% anual, esto para que sea posible el pago de dos salarios mínimos a sus empleados.
En cuarto lugar, el BCB inyectó 100 millones de bolivianos para concretar proyectos de infraestructura pública. La quinta medida consistía en colocar 4000 millones de bolivianos a través de créditos para la canalización de consumo de bienes y servicios nacionales con 0% de tasa de interés, sujeta a condiciones. La sexta medida, fue prestar temporalmente a los bancos 20.000 millones de bolivianos. La séptima y penúltima medida, fueron créditos otorgados al sector productivo y a Vivienda de Interés Social. Y la última medida, fue una canalización de créditos dirigidas a las PYME.
Si los números te parecen aburridos, todos estos datos parecen no tener mucho sentido. En todo caso, uno dirá que son una buena iniciativa dado que muchas empresas y familias la están pasando mal. Sin embargo, lo que si se tiene que entender, es el impacto que la expansión crediticia genera en la función y las expectativas empresariales. Si bien la ayuda temporal del Banco Central de Bolivia tiene la intención de reactivar la inversión y el gasto para reactivar la economía, tales medidas tienen un impacto negativo, en el largo plazo, hacia el sector empresarial.
Un empresario, de manera natural, decidirá cuánto ahorrar y cuánto invertir dado el periodo económico en el que se encuentra. Si se posee una tienda de pizzas, por ejemplo, y la demanda empieza a subir porque a todos les dio la «fiebre de pizza», el empresario claramente intentará expandir su negocio para poder satisfacer esta creciente demanda. En términos competitivos, otras personas también querrán abrir una pizzería, y si no poseen el capital necesario, los créditos o préstamos bancarios llegarán a ser la opción más razonable a tomar. Es así que las tasas de interés tendrán la tendencia a bajar, dado que menos gente estará dispuesta a ahorrar, y se invertirá y gastará más. Continuando con el ejemplo, ocurre algo parecido en nuestra realidad económica, aunque con el análisis opuesto: La demanda de pizzas está bajando porque hay menos gente que está dispuesta a comprar pizzas; ya sea porque los salarios de los agentes económicos no se lo permiten y puede venir a considerarse un bien de lujo, o porque la demanda es muy baja dado el débil momento económico.
La manipulación de las tasas de interés y la inyección de dinero en la economía en este sentido, muestran que ante un ambiente de contracción, donde el empresario no estaría dispuesto a invertir, este es tentado a hacerlo por el incentivo «ingenuo» del BCB.
Algo parece no cuadrar acá, ¿verdad? Vale reconocer que estas políticas expansivas hacen bien a la economía en el corto plazo para que la recuperación empiece a tomar vuelo. Pero muchas veces se deja fuera del análisis que estas políticas tientan al empresario a invertir o mantener un negocio que ya no es sustentable dada la crisis! El periodo recesivo hará que los precios de los bienes y servicios de la economía bajen necesariamente, haciendo que los empresarios más fuertes sean aquellos que puedan cortar los precios a tal punto que todavía puedan sostenerse; porque así, eventualmente, la economía empezará a recuperarse de manera natural.
Volviendo a la pizzería... todas estas medidas que el BCB implementó reflejan una gran tentación para nuestro empresario. Él se encuentra en el dilema de cerrar la pizzería dada la baja clientela y la baja demanda que existe dado el periodo recesivo, o incurrir en estos préstamos del banco a través de créditos para mantener un negocio ya insostenible en la realidad.
Entonces, ¿será que esta política monetaria expansiva hace más daño que bien? Eso dejémoslo al Banco Central de Bolivia que sabe lo que hace; aunque para nuestro pizzero, pareciera que la señal que se le da no es la correcta.
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