Igualdad social, sinónimo de progreso económico para Bolivia
- LaLlamaFinanciera
- 16 jul 2020
- 2 Min. de lectura

Por: Miguel Morales Gutierrez
El desarrollo económico de un país, no solo se construye con la finalidad de trabajar únicamente en políticas fiscales o monetarias. Porque de nada nos sirve tener la mega industria, hospitales de nivel “Zeus” o los billetes dorados estilo Willy Wonka, si éstos no llegan a proteger a sus habitantes.
Una buena partida, para evaluar la lucha contra la pobreza, es observar los comportamientos de los indicadores económicos. Pero para tener un panorama general, es necesario comenzar por los siguientes dos:
- El Índice de Pobreza: que mide el nivel de vida de la región, dando mejores datos acerca del nivel de privación comparado con el Índice de Desarrollo Humano (IDH).
- El Índice de Precios al Consumo (IPC): que mide la variación de los precios de una canasta familiar “típica” durante un periodo de tiempo determinado.
“Echemos un ojo”:
- Entre 2018 y 2019, el IPC general, prácticamente mantuvo una constante anual acumulada de 1,5 - INE, 2019-.
Esta constante indica que las familias mantuvieron sus consumos de manera normal. A su vez, si vemos el informe del IPC en la gestión 2019, nos llamará la atención que se incluyen nuevos bienes y servicios en la lista de la canasta, como ser: Los incrementos en la adquisición de vestimentas y zapatos, aparición de whisky en las bebidas alcohólicas, consumos ligados al turismo o placer, entre otros.
- Para el Índice de Pobreza, se ve un incremento del 34,6% en el 2018, al 37.2% en el 2019. Entonces, si el anterior dato reflejaba normalidad ¿Qué fue lo que pasó?
Realizando una evaluación al bienestar económico, encontramos que muchos hogares en el país siguen viviendo en condiciones desfavorables. No tienen acceso a servicios básicos: luz, agua potable, educación de bajo nivel, y otros. Indicador que puede desmejorar, desde el enfoque de riesgo a la inseguridad, desempleo, restringirse al servicio de la salud y otros males sociales que se enfatizaron durante la pandemia.
Todo parece indicar que la distribución del buen vivir sólo está enfocada a un porcentaje reducido del conjunto de la sociedad, creando de esta manera, murallas que restringen cada vez más la oportunidad de cambiar la situación de un ciudadano que creció en situación de pobreza.
Estos problemas se irán incrementando después de la cuarentena, causado por la contracción económica futura y el incremento abrupto de la tasa de desempleo. En pocas palabras, cada día existe la posibilidad que una familia boliviana caiga en la pobreza y paralelamente, la desigualdad social crece a pasos gigantescos. Puntos que deben ser solucionados para impulsar el progreso económico de manera más equitativa entre sus habitantes.
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