Por: Angeles Claure
La economÃa mundial se encuentra conmocionada por la creciente ola de inflación que arrasa globalmente, donde incidentes que son noticia diaria como la guerra en Ucrania y los estÃmulos de diferentes gobiernos como respuesta a la crisis sanitaria causada por el COVID-19, han generado un aumento de precios sin precedente.
Para Latinoamérica y en especial, paÃses en desarrollo, la pérdida del poder adquisitivo es realmente dolorosa y causa daños sin vuelta atrás. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), para evaluar el Ãndice se debe tomar en cuenta la desigualdad y los indicadores reales dentro de una economÃa, los cuales suman cierta presión a la inflación. En el caso de Bolivia, el tipo de cambio fijo respecto al dólar es manejado ya hace más de 10 años, esto se sostuvo con una inyección de reservas en la economÃa.
La pregunta es: ¿Cómo Bolivia mantiene su IPC estable mientras paÃses vecinos colapsan? Y ¿Cuánto durará?. Actualmente, la tasa de inflación acumulada en Bolivia es del 0.4%, un nivel demasiado bajo comparado con el resto de las economÃas latinoamericanas, donde paÃses como Brasil, Chile, Colombia, México y Uruguay tienen tasas inflacionarias de 11.3%, 9.4%, 8.5%, 7.4% y 9.4% respectivamente. Si bien, todos sabemos que el régimen cambiario en Bolivia es fijo respecto al dólar hace más de 10 años, esto se da a costa de la inyección de reservas internacionales o divisas en el mercado de dólares, de este modo el consumidor no siente los golpes del mercado mundial.
Expertos indican que son los subsidios del gobierno los que evitan cualquier tendencia a elevar el nivel de precios, ya que este estarÃa absorbiendo el impacto. Sin embargo: ¿Qué tan estable es el presupuesto gubernamental? Es algo misterioso dadas las circunstancias en las que nos encontramos, donde la deuda interna y externa del paÃs aparenta haberse salido de control, debido a la necesidad de financiamiento del sector de salud y a las inyecciones de liquidez para los hogares afectados por la pandemia.
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