Jóvenes, el futuro de mañana.

Por: Edycel Salazar

Mentirían a la llamita, si se negaran a decir que nunca sufrieron un ataque de crisis a la mitad, o casi al final de nuestras carreras. ¿Qué haremos después? ¿Dónde trabajaremos? ¿Qué pasará con nuestra vida profesional? De la misma manera, la mayoría de los recién graduaditos del colegio tienen inseguridades al momento de escoger una carrera. ¿De dónde provienen estos miedos?

Esta es nuestra triste realidad. En toda Bolivia, tenemos un total de tan sólo 229.453 jóvenes, entre 18 y 35 años, que cuentan con un empleo formal; del cual 108.266 son varones y 110.424 mujeres.

¿Las cifras en Cochabamba? En este departamento existen 208.515 hombres y 160.425 mujeres de entre 18 y 35 años, de los cuáles, tan sólo 40.438 jóvenes mujeres y varones cuentan con un empleo formal. Los porcentajes de empleo formal están compuestos por un 9.10% de jóvenes varones (18.975 jóvenes) y un 12.20% de jóvenes mujeres (19.572 jóvenes) (Fuente: INE, datos Junio 2020).

¿Cómo afectó la pandemia a esta situación? Pues, se redujo el trabajo formal en jóvenes en un 6% en el primer semestre de este año.

En un futuro, los jóvenes debemos de ser quienes generan empleo. ¿O ustedes que creen? Como dato curioso, en 2018 hubo un incremento de un 16% en fuentes de empleo para jóvenes, pasando de 289.233 jóvenes de entre 18 y 35 años de edad trabajando, a 335.168. Tal vez después de esta crisis, podamos cambiar las cifras actuales.

Podemos destacar el ejemplo de los emprendimientos, que al menos en esta pandemia, se vieron potencializados, y que en gran parte, son manejados por personas en su flor de juventud. Estos emprendimientos han logrado generar, por el momento, numerosos trabajos informales, pero que podrían significar grandes posibilidades de crecimiento y ser también fuentes de trabajo formal. Hay talento, solo falta apoyarlo.

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