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MAS 2020-2025: Coyuntura, retos y propuestas

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    LaLlamaFinanciera
  • 26 oct 2020
  • 6 Min. de lectura

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Por: Jorge Eduardo Arzabe


Los resultados oficiales de la reciente elección del 18 de octubre, dan como ganador al candidato del Movimiento al Socialismo, Luis Arce Catacora, con un 55.10% de votos; casi el doble de los que obtuvo el candidato de Comunidad Ciudadana, Carlos Mesa (28.83%) (OEP, 2020). Más allá de la aparente sorpresa y las protestas aisladas manifestando el descontento sobre el resultado y la transparencia del proceso conducido por el Tribunal Supremo Electoral, es necesario conocer cuál es el plan de gobierno que el partido ganador encabezado por el ex Ministro de Economía propuso para estos comicios porque antes que voto útil, voto crítico e informado. Pero antes, se presentarán algunos datos para poner en contexto sobre cuál es el estado del país que presidirá a partir del 8 de noviembre.

  • Coyuntura:

Según datos del INE, durante la última década (2010-2019) Bolivia gozó de un ritmo de crecimiento promedio de su Producto Interno Bruto (PIB) de 4.65% anual (INE, 2020). Durante este denominado «super ciclo de materias primas», el país acumuló una cantidad importante de reservas que permitió financiar la inversión pública y mantener programas de gasto que contribuyeron a mejorar los indicadores de desarrollo del país. Sin embargo, desde mediados del año 2013 se observa una desaceleración de esta tasa de expansión económica debido principalmente al bajo desempeño del sector de hidrocarburos dada la disminución de precios del gas natural, principal producto de exportación del país y fuente importante de ingresos fiscales. Esto se tradujo en altos déficits de balance fiscal y cuenta corriente, lo que a su vez, potenció la pérdida gradual de reservas internacionales y el aumento del endeudamiento externo.


En los últimos cinco años, a pesar de que los ingresos fiscales se mantuvieron estables, los gastos totales fueron altos con el fin de apoyar las políticas de desarrollo social y diversificación de la matriz exportadora, esto encaminó la inversión pública a proyectos sociales (construcción de carreteras, colegios, hospitales, etc.) y políticas de transferencias (bonos, rentas y subsidios), que se tradujeron en importantes avances en la disminución de la pobreza. Sin embargo, dichos proyectos de inversión pública no generaron una mayor fuente de ingresos fiscales, causando la reducción del espacio fiscal gubernamental; limitando su libertad de control de ingresos y gastos. Por su parte, el deterioro del contexto internacional también desaceleró dicha tendencia de reducción de desigualdad (CEPAL, N., 2019).


Si bien el ritmo sostenido de crecimiento de la actividad económica de los últimos años vino acompañado de una disminución del desempleo (uno de los más bajos de la región), este aún continúa teniendo un fuerte componente de informalidad, con la precariedad que esto implica en las condiciones laborales. Adicionalmente, las presiones sindicales al nivel salarial (con tasas de incremento superiores a las de inflación) y otras restrictivas políticas de contratación y despido, junto a las amplias barreras fiscales y administrativas al sector privado, han desincentivando la formalización y la conformación de nuevos puestos de trabajo. En 2019 la economía boliviana creció a una tasa de 2.2%, la más baja desde el año 2001; esto debido, entre otras razones, a la paralización de la actividad económica en varias regiones del país a causa del clima de violencia e incertidumbre política generalizada a partir de los resultados del proceso electoral de octubre de ese año, lo cual afectó la ejecución de la inversión pública y privada en diferentes sectores.

  • Retos:

Según proyecciones de la CEPAL, se espera que la tasa de crecimiento del PIB para el año 2020 sea de -5.2%, dados los efectos paliativos de la crisis sanitaria del COVID-19 en Bolivia (CEPAL, N., 2020). La pandemia obligó a re enfocar los recursos y esfuerzos gubernamentales a diferentes mecanismos que logren reducir el costo humano de la crisis. Paralelamente, se viabilizan iniciativas públicas como transferencias complementarias y diferimiento de pagos de servicios, algunos impuestos y ciertos créditos financieros; todo esto junto a la implementación de drásticas medidas como la prolongada cuarentena nacional, el distanciamiento social y el cierre de negocios en todo el territorio nacional (Banco Mundial, 2020a). Son regulaciones que podrían agravar la contracción económica y causar un repunte de la pobreza acrecentando aún más las brechas de desigualdad de la población en un país paralizado y profundamente polarizado políticamente.


· Propuestas:


En cuanto a desarrollo productivo, la propuesta del MAS tiene como centro la exploración, explotación e industrialización de los recursos naturales (principalmente hidrocarburíferos y mineros), con contribuciones a los pequeños productores y profundizando el modelo de empresas estatales en áreas estratégicas, pero, a diferencia de las gestiones pasadas, con una mayor atención y apertura al rol del privado (que sigue siendo reducido y enfocado a la industria liviana) e incentivos a la inversión privada, sin dejar de lado la importancia de la inversión pública desde un desarrollo productivo «desde el estado para la gente».


Adicionalmente, pretende apoyar la industria naciente, la desburocratización, la integración económica regional y la sustitución de importaciones. De la misma manera, implementar políticas fiscales con esquemas tributarios adecuados y progresivos que impulsen la creación de empleos de calidad y programas de trabajadores autoempleados y microempresarios, manteniendo las políticas sociales y bonos vigentes.


Respecto a política macroeconómica, se pretende profundizar el modelo de economía social, comunitario y productivo (MESCP) con objetivos enfocados a fomentar el desarrollo económico y social. La política fiscal se plantea como redistribuidora de ingresos, favoreciendo a sectores desprotegidos y financiando la inversión pública en infraestructura social y productiva-estratégica, siendo los proyectos de industrialización los que permitirán una mayor recaudación tributaria. Por otro lado, la política monetaria pretende mantener un nivel de reservas internacionales netas a niveles mayores que los óptimos establecidos por organismos internacionales. La política de endeudamiento propone garantizar la sostenibilidad de la deuda pública, es decir, que se encuentre por debajo de los niveles técnicos recomendados. Finalmente, la política financiera considera realizar una regulación basada en la gestión de riesgos de la ley 339 de servicios financieros.


Por otro lado, se propone que el acceso a la salud se haga cumplir como derecho constitucional para mejorar la calidad de vida de la población dentro la política nacional de Salud Familiar Comunitaria Intercultural (SAFCI). Plantea garantizar el acceso a una educación de calidad en todos sus niveles que incorpore nuevas tecnologías, fomente la ciencia y tecnología y capacite continuamente a los maestros; todo esto dentro un sistema inclusivo y pertinente. En cuanto a la educación superior, propone la entrega de becas, la implementación de institutos técnicos, el desarrollo de mallas académicas flexibles para la empleabilidad, y el emprendimiento y la investigación como área de interés estatal.


Finalmente, se pretende fortalecer la administración pública fundado en los principios ético-morales andinos (ama sua, ama llulla, ama quella) dando cero tolerancia a la corrupción, con un modelo basado en transparencia, prevención y lucha contra la corrupción en todos los estratos públicos, con una justicia ágil apegada a la ley en igualdad de condiciones para todas las personas, ampliando el desarrollo de un «gobierno electrónico», y reestructurando ciertas instituciones como el órgano judicial, el ministerio público y la policía boliviana. Se plantea adoptar la declaración de derechos de los pueblos indígenas y hacer seguimiento a las contribuciones de las Entidades Territoriales Autónomas (ETA) en cuanto a seguridad ciudadana, con especial atención a los programas de prevención de violencia de género (MAS-IPSP, 2020).

  • Comentario final:

De manera general, la propuesta del MAS plantea generar una mayor diversificación de la economía proyectando al país un futuro promoviendo la soberanía productiva, políticas de redistribución de ingreso para reducir la desigualdad, propiciar un estado al servicio de la sociedad con más justicia y seguridad, fomentar la productividad del sector privado y mejorar las condiciones laborales y, finalmente, generar un desarrollo con respeto a la Madre Tierra. A pesar de su victoria en el Ejecutivo, el Movimiento al Socialismo no cuenta con los dos tercios del Legislativo, por lo que se verá obligado a negociar con los miembros de la bancada opositora para lograr cumplir sus objetivos. La propuesta plantea continuar y profundizar el modelo de desarrollo aplicado durante los periodos de gobierno anteriores. Lo cierto es que el próximo gobierno estará en un contexto social, político y económico totalmente diferente al experimentado en el pasado, por lo que serán necesarias políticas inclusivas y participativas que tomen en cuenta a todos los actores económicos en su objetivo de lograr la tranquilidad, estabilidad y desarrollo económico que tanto anhelamos todos los bolivianos y bolivianas.


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