Orkidea Andina, emprendimientos con sabor a progreso
- LaLlamaFinanciera
- 8 dic 2020
- 4 Min. de lectura

Por: Pablo Garcia Quint (Columnista)
«Lo que le falta a Bolivia es producir con valor agregado». «Necesitamos industrializar». «Falta infraestructura y se necesita una reforma institucional». «Es difícil emprender en Bolivia porque existen muchas trabas». «Hay talento, pero falta apoyo». Son frases que solemos escuchar en pláticas sobre economía, y nos dejan con un sabor amargo al momento de esperanzarnos con un futuro más próspero. Sin embargo, esto no implica que las personas no intenten dar soluciones para tratar con una de las cuestiones que caracterizan a un país como Bolivia y a Sudamérica: El subdesarrollo. Esta condición no es anhelada por ninguno, por lo que cabe recordar que el empresario o el emprendedor, es aquel que intenta ofrecer un bien o servicio que sea útil para el público, generando ganancias, creando mayores y nuevos empleos, y sacando a la gente de la pobreza. A pesar de las adversidades en nuestro medio, existen emprendedores que intentan promover el desarrollo con sus iniciativas. Este es el caso de la empresa Orkidea Andina que, ante todo pronóstico, muestra que con una iniciativa privada sólida, se puede generar un cambio en el ámbito económico.
Orkidea Andina planea cubrir las áreas de biotecnología, desarrollo de empresas, diseño de procesos productivos, cadenas de abastecimiento, logística y comercialización; todo ejercido desde Bolivia. Esta es una iniciativa dirigida al sector agropecuario, pero con una característica distinta. La empresa tiene la intención de formar empresarios con pequeños agricultores para que estos puedan llegar a gestionar sus campos de cultivo a través de la innovación tecnológica e intelectual que se les ofrezca esta compañía; así lograrían un crecimiento gradual que luego les permita independizarse y continuar operando sin la ayuda de Orkidea Andina. Pero el alcance no solo se reduce para abastecer al mercado nacional como muchas de las leyes de nuestro país están pensadas, sino también, para incentivar la exportación de alimentos industrializados hacia mercados internacionales en el largo plazo; aprovechando así en su totalidad el potencial que tiene Bolivia en materias primas y pisos ecológicos. De esta manera, Orkidea Andina presenta su modelo de negocio adaptado a la agricultura familiar, lo que quiere decir que el foco de atención está dirigido hacia todas las familias dedicadas a este rubro, ya sea en el altiplano, o en zonas urbanas y rurales para que «puedan crecer modularmente y albergar a su vez nuevos productos», como mencionan en su página web.
Debemos recordar, que el sector agropecuario tiene mucho potencial pero poca atención. En los informes del Instituto Nacional de Estadística (INE) basados en el último censo agropecuario de 2013, se reportó que había 2 millones y medio de personas en Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) de los cuales una gran mayoría se encuentran en zonas rurales. Más aún, este sector fue el que más crecimiento tuvo en el 2018, con un 6,91% en comparación de otros (Milenio, 2019), y el que menos sufrió este año por la pandemia mundial con una contracción de -0.4% (Página Siete, 2020); mostrando una alta demanda interna y externa también. La rentabilidad del sector agropecuario claramente podría dar más al país. Es así también que, un artículo de Página Siete del 2014 mencionó que «para el IBCE, hay más agricultura porque es rentable. En 20 años, la cantidad de población ocupada en el sector agropecuario aumentó en 292% en el país». Todo esto indica que existe un potencial tremendo que no está siendo utilizado ni explotado. Algo que sorprende, de acuerdo a un informe del INE el 2016, es que este sector usa predominantemente equipos manuales siendo este un claro signo de retroceso del sector, «…la maquinaria más utilizada es la Cosechadora Manual con 869.375 unidades, el Arado de Madera de Tracción Animal que llega a 398.663 unidades y Equipos de Fumigación (manual y mecánico) con 383.942 unidades», es decir, que no está equipado con la tecnología ni innovación necesaria para competir a nivel mundial.
Las buenas noticias son que después de 12 años, Orkidea Andina se consolidó con un plan de negocios sostenible para poder atender este sector con gran potencial. La empresa, como mencionamos antes, centra sus esfuerzos en dar al emprendedor la tecnología necesaria a través de especialistas en diseño y desarrollo empresarial, y diseño y procesos de producción. No solo se proveerá el equipamiento industrial necesario a pequeños agricultores sino que también se les enseñará a usarlos para que puedan gestionar sus propias empresas en un futuro. Esto implica características incorporadas en su modelo de negocios como: inclusión social extendida como impacto efectivo, sostenibilidad de largo plazo, uso eficiente de recursos, resiliencia en las cadenas de abastecimiento, bancarización efectiva, y cultura de negocios, entre otros, como Orkidea Andina menciona en su página web.
Como muy bien reconoce la empresa, no es el Estado el que tiene que dar incentivos para empezar a generar iniciativas empresariales, sino, es el mismo empresario el que incurre en este proceso de mercado, incierto sobre los futuros retornos cabe recalcar, pero con una fuerte intuición de que existe una demanda no satisfecha, y que puede traer ganancias, descubriendo así nuevas oportunidades, como claramente se muestran en Bolivia.
Al final del día, iniciativas como esta son las que generan un cambio profundo en el progreso de la economía y de la sociedad, por lo que vale la pena empezar a preguntarnos: ¿Cuánto más tendremos que esperar para que exista un cambio institucional, independiente del partido en turno, que asegure que emprendimientos como este, y muchos más, prosperen para sacar a Bolivia adelante? Es tiempo de que las frases que caracterizan nuestras conversaciones de economía cambien.
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