¿Paros y bloqueos? Huele a 2019
- LaLlamaFinanciera
- 18 mar 2021
- 3 Min. de lectura

Por: Diego Clavijo Orozco
La semana estuvo marcada por las aprehensiones a ex autoridades (como la ex presidente, Jeanine Añez o el ex Gral. Pastor Mendieta, entre otros). Es por eso, que las principales ciudades del país se movilizaron, tanto por quienes las rechazan como por quienes las aplauden.
Sea como sea, uno es libre de considerar estos hechos como persecución o justicia, sin embargo, lo que resonó en las concentraciones, fueron las amenazas de un nuevo paro cívico y bloqueos en todo el país, algo como lo sucedido entre octubre y noviembre de 2019.
En lugares como Santa Cruz de la Sierra o Cochabamba se amenazó con parar las calles si no se liberaba a los detenidos en cuestión, mientras que en sitios como Yapacaní o el Trópico de Cochabamba, se anunciaban bloqueos si no se procesaban a todos los cívicos y ex autoridades.
Ambos pedidos son válidos en democracia, ya que la protesta es un derecho de los ciudadanos, siempre y cuando estas sean pacíficas. Sin embargo, económicamente hablando, ¿El país está para soportar un nuevo paro? La respuesta es un contundente: NO.
El primer obstáculo a toda movilización a favor o en contra del accionar del poder Ejecutivo y el Judicial es la pandemia, ya que esta arruinó a la economía boliviana, que ya venía golpeada de los paros mencionados en 2019, en favor o en contra de la renuncia de Evo Morales.
El 2020 fue nefasto gracias al coronavirus y su cuarentena, ya que según la CEPB (Confederación de Empresarios Privados de Bolivia), quebraron más de 100.000 Pymes registradas, haciendo que se pierdan alrededor de 600.000 empleos. Estas cifras son sólo muestras para contabilizar el daño a las empresas privadas, que intentan levantarse en un momento donde la pandemia en Bolivia aún está lejos de terminar por el plan de vacunación.
La situación se complica no sólo para la empresa privada, sino también para la fuerza productiva como sojeros, agricultores, azucareros y ganaderos, quienes reportaron millonarias pérdidas no sólo por la pandemia o bloqueos a mitad del año pasado, si no que sufrieron desastres naturales como riadas e inundaciones en Chuquisaca, Beni, Pando, La Paz o Santa Cruz.
Entretanto, los negocios de hostelería y turismo son de los más golpeados, ya que se declararon en emergencia en ciudades como Cochabamba, Sucre o La Paz, y claro, son los que más deben gastar por las medidas de bioseguridad y quienes se tuvieron que adaptar a la crisis económica y la poca afluencia de gente. Es por eso que muchas no sobrevivieron. Municipios que viven del turismo como Potosí o Uyuni tuvieron que recurrir a la práctica del turismo nacional para sobrevivir, lo que significa que de haber un paro, este rubro empeoraría sus ingresos más de lo que ya está.
Analizando cifras del daño económico general, según el IBCE (Instituto Boliviano de Comercio Exterior), Bolivia cerró el 2020 con un decrecimiento del 8%, lo que equivale a la peor cifra registrada desde 1953. Es decir, en números, esta crisis es igual o peor que las de 1985 o 2003 en relación a la caída del PIB nacional y los PIBes departamentales.
Entretanto, el jueves 18 de marzo de 2021, mediante una encuesta realizada a nuestros seguidores en instagram y Facebook, se realizó la siguiente pregunta: ¿Estás de acuerdo con un nuevo paro cívico? En la que la respuesta ‘Sí’ fue de 63%, mientras que ‘NO’ era de 37%. Sin embargo, la contrapregunta decía: teniendo en cuenta la situación económica actual… ¿Aún sigues de acuerdo con el paro? Y en esta ocasión, el NO ganaba con el 51% al Sí que obtenía 49%, muy cerrado. (Encuesta consultada el 18/03 a las 18:15).
La opinión de un servidor, es que la economía está ahogada, y que la situación se agravará de parar a los departamentos con bloqueos y paros, mucho más si son violentos. Tanto un bando como otro pueden manifestarse frente a las autoridades, más el derecho de trabajo se convierte en prioridad por sobre el derecho de protesta cuando existe una crisis como la que estamos atravesando.
La coyuntura política no debería llamar a la confrontación entre bolivianos, así como tampoco debería obligar a quienes no están de acuerdo con el paro a parar sus actividades económicas y destrozar más aún la economía de este país. La solución se encuentra en el diálogo, entre los implicados, quienes son líderes políticos que fueron elegidos por el pueblo y a ellos se deben.
Sea cual sea la opinión, es necesario el acercamiento, para evitar no sólo las pérdidas económicas de los dos últimos años, que de por sí solas son preocupantes, sino también para evitar las muertes de bolivianos en enfrentamientos como los de 2019, ahora con una pandemia de por medio.
¿Paros y bloqueos? No, gracias
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