S&P 500 floreciendo en la historia
- LaLlamaFinanciera
- 14 jul 2021
- 4 Min. de lectura

Por: María Laura Torrico Ramos
Buenas noticias en el mes de la independencia estadounidense. A mitad del verano y con el levantamiento de restricciones gracias al acelerado proceso de vacunación del país es que Wall Street presentó las estimaciones financieras para el segundo cuatrimestre del presente año, específicamente sobre los retornos por acción de las empresas pertenecientes al grupo S&P 500.
Este prestigioso grupo engloba empresas como Apple, Microsoft, Amazon, Tesla, Johnson & Johnson, Disney, entre muchas otras, siendo de esta manera un grupo que no solo abarca las compañías más grandes en términos de ingresos y de número de empleos en Estados Unidos, sino también representa entre el 70% a 80% del total de la capitalización del mercado de valores estadounidense, normalmente es utilizado como benchmark para el manejo de portafolios en Estados Unidos y en el exterior.
La noticia surgió a raíz de las estimaciones sobre los ingresos y utilidades para estas empresas, se espera que estas crezcan en más del 60% para el segundo trimestre del año, se estima que para este grupo las ganancias por acción de año en año crecerán en 63% para finales de junio, siguiendo la línea del crecimiento de 52.5% que se tuvo en el primer trimestre del 2021, el cual sería el crecimiento más grande desde la crisis financiera del 2008-2009.

Esta recuperación esperada en términos de ganancias después de una profunda recesión en el primer trimestre del año pasado, desatado por la crisis del coronavirus, está presenciándose especialmente en grupos económicamente “sensibles” como los bancos JP Morgan Chase, Bank of America y Citigroup. Este tipo de compañías son consideradas “cíclicas” en el sentido de que su rendimiento está muy ligado al de la economía siguiendo la lógica de picos y valles, reflejado en sus ganancias o ganancias por acción como en otros ratios financieros.
En este año estas compañías han demostrado un buen desempeño después de que las grandes empresas hayan presentado un -3.5% en términos de rendimiento el año pasado. Lógicamente las expectativas manejadas para este año en términos de crecimiento en las ganancias han jugado un papel clave para los precios por acciones, repercutiendo directamente en el indicador de S&P 500 el cual subió 21,6 veces de las ganancias esperadas para el año siguiente en comparación con el valor de 22.6 al final de diciembre del año pasado.
A pesar de existir un cierto escepticismo con respecto al crecimiento esperado de estas ganancias para el segundo trimestre, algunos creen que ya se llegó al pico y que las empresas podrían encontrarse enfrentando desafíos debido a que tendrían que llegar a estas expectativas tan altas para con los accionistas como con la industria después de ese gran primer trimestre.
Si bien este buen desempeño ha creado más confianza y estabilidad en el mercado a comparación de la incertidumbre y pánico que se tenía el año pasado en los mismos trimestres debido a la crisis sanitaria, el hecho de que las ganancias por acción sean mayores, desde el punto de vista del inversor es una buena señal, ya que quiere decir que la inversión está generando más rendimiento y probablemente la empresa o rubro en la que decidió invertir puede estar floreciendo.
En líneas generales, este indicador normalmente puede variar positivamente si es que la utilidad neta crece o si es que el número de acciones se reduce ceteris paribus las demás variables. Así mismo cabe recalcar que debido a este crecimiento podría conllevar a mayor inflación, sin embargo, debido a las medidas de política monetaria de la Reserva Federal enfocados en el crecimiento del trabajo y por ende del sector productivo, son variables controlables, por como han sido tratadas hasta ahora.
La confianza está volviendo al mercado y a la nación, a medida que la crisis sanitaria va apaleándose, al originarse a partir de un crecimiento orgánico, puede tratarse HASTA AHORA de una luz de esperanza para la recuperación de los golpes sin precedentes que han dejado el COVID-19 en esta y todas las economías.
Un espacio que a medida que se lo maneje con cautela y no se pase al crecimiento de una burbuja, podría ser un indicador positivo para la recuperación de la economía estadounidense y la economía mundial.
Podría denotarse incluso en la mejora en la calidad de vida de los agentes, no solo de los inversionistas sino también de los empleados en dichas empresas ya que BlackRock ya anunció que debido al desempeño obtenido que superó las expectativas previamente planteadas, incrementará el salario del 95% de su staff en 8%, advirtiendo una vez más sobre el manejo de la inflación ya que este tipo de medidas podría inducir a elevarla.
De la misma manera, esta señal podría potenciar la inversión extranjera canalizada en el mercado de capitales, e implicar un mayor flujo de capital, e inyección de capital en la industria, existen una serie de implicancias que se reducen a la recuperación de la estabilidad y solidificación de la economía, haciendo alusión a la frase: “The comeback is always stronger than the setback”.
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