Tesla, Bitcoin, y la lenta transición a las criptomonedas
- LaLlamaFinanciera
- 9 feb 2021
- 3 Min. de lectura

Por: Pablo Garcia Quint
Ante el escepticismo y controversia que el activo financiero Bitcoin tiene en la actualidad, el hombre más rico del mundo y propietario de una de las empresas más grandes y prometedoras, Elon Musk, dio a conocer que su empresa Tesla adquirió $1.5 billones del activo financiero y tiene planeado recibir pagos a través de este medio. Cabe preguntarnos entonces, ¿será tiempo para que las criptomonedas empiecen a solidificarse en el mercado financiero?
En el portal financiero Market Watch, Mark DeCambre reportó el lunes una nueva adquisición de Tesla por $1.5 billones de Bitcoin (BTC), haciendo que el activo financiero digital alcance un máximo histórico de $46,839. Algunas de las explicaciones que Tesla dio, hacen referencia a que tal movida es para darle más flexibilidad en sus pagos, y al mismo tiempo, diversificar y maximizar retornos sobre las ganancias que estén fuera de los requisitos para mantener un nivel adecuado de liquidez (DeCambre, Mark, MarketWatch.com).
Recordemos que Bitcoin en el último año tuvo un incremento en su precio de 360.75%, llamando la atención de muchas empresas y haciendo que otras inviertan en este activo. Claramente, la inversión y adopción de Bitcoin resultó muy rentable para algunas empresas; así lo podemos ver en el caso de PayPal (NYSE: PYPL) con un cambio porcentual de 139%, Square (NYSE: SQ) con un cambio de 226% en el último año después de que ambas empresas adoptaran pagos son Bitcoin, y MicroStrategy (NYSE: MSTR) que subió su cotización en el mercado en 751% el último año después de haber invertido en Bitcoin. Lo rentable de Bitcoin en la actualidad no se lo quita nadie, y es así que no debería sorprendernos el caso de Tesla; incluso Elon Musk estuvo dando indicios sobre la criptomoneda desde enero a través de su cuenta en Twitter.
Pero la pregunta todavía sigue abierta. No todas las empresas consideran a Bitcoin o a las criptomonedas como medios de pago generalmente aceptados. Entonces, si no existe una aceptación general, ¿como podría considerarse un medio cambio formal?
De esta manera, los problemas financieros empiezan a surgir. Un lado más crítico y realista sobre el tema remarca la dificultad que presentan estos activos en su manejo dentro del sistema formal. Un artículo del portal Bloomberg menciona como las criptomonedas no están clasificadas como activos o dinero para ser anotadas dentro de un sistema contable. El columnista Chris Bryant de Bloomberg, señala que los activos financieros digitales son considerados activos intangibles de acuerdo a las reglas de contabilidad, por lo que una subida en el precio de Bitcoin no influirá en el reporte de ganancias de Tesla. Bryant continúa por decir que esto podría presentarse como un desincentivo para empresas que consideren seguir el mismo camino que Elon Musk. La alta volatilidad de Bitcoin y de otros activos financieros puede mostrar ganancias enormes al igual que pérdidas sustanciales en la empresa que decida invertir en ellos; pero nada de esto importa porque nada se refleja formalmente. Bryant termina por decir que esto deja al inversor con una imagen incompleta sobre la empresa. El problema dejaría de radicar en la validez que tienen estos activos, porque claramente no es solo una empresa la que considera este camino viable, y en vez, el problema se traslada a la falta de actualización de las reglas de contabilidad.
El cambio generado por las criptomonedas es inevitable. Cada vez más personas dejan de lado su escepticismo para darse cuenta que activos como Bitcoin representan un medio de cambio mucho más flexible y descentralizado que activos financieros físicos como el dinero de papel.
Solo para refrescar la memoria: El valor se genera de una manera subjetiva, es decir, que mientras más escaso es algo, mayor valor le damos, y de igual manera, las personas escogen aquellos bienes o servicios que más cercanos estén a sus preferencias. Sabemos que Bitcoin es escaso en comparación a otras monedas porque el circulante está fijado a 21 millones; no más ni menos. Entonces, podemos dar una hipótesis explicativa con cierta certeza: La creciente valoración que la gente le da a este activo está asociada a la descentralización y al fuerte respeto a la privacidad que tiene, dos características que parecen estar dentro de las preferencias de muchas personas. Resulta indudable, en nuestra opinión, que tarde o temprano la transición a los activos financieros digitales suceda. Lo único que nos queda por preguntarnos es, ¿cuándo pasará esto?
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