Turbulencia

Por: Nicolas Maldonado Gonzales

Uno de los sectores que tendrá un aterrizaje forzoso al intentar recuperarse de los efectos de la pandemia es el de las aerolíneas y por ende los fabricantes de aviones. Airbus (PA: AIR), el principal fabricante de aeronaves del mundo fue una de las empresas más afectadas en este corto tiempo y para remediar esto finalizó un plan de reestructuración inminente.

Dicho plan incluye recortes de empleos como consecuencia de una caída del 40% en la producción de la empresa. Aproximadamente 20.000 trabajadores (un quinto del total) de Airbus se verá obligado desembarcar de la aeronave. Esta sería la maniobra fugaz a tomar por parte del CEO Guillaume Faury para contrarrestar el daño de 55.000 millones de euros en las utilidades de su negocio de aviones durante la crisis.

Faury prevé que este sombrío panorama se mantenga por 2 años, y que recién para el año 2025 la producción pueda volver a la normalidad. Tal y como continúa la crisis, creo que es adecuado decir que tendremos algo de turbulencia en este viaje.

"Es un hecho brutal, pero debemos hacerlo. Se trata de un ajuste necesario a la caída masiva de la producción. Se trata de asegurar nuestro futuro", fueron las últimas palabras de Faury. ¿Tendrá todo esto represalias en el precio de la acción de la empresa? Pues, aún no hemos visto una señal de S.O.S o may day, al fin y al cabo desde la última semana de febrero hasta ahora, la acción disminuyó en un 51%.

Queridos pasajeros del Airbus, les habla su piloto La Llama, deseamos avisarles que este es un vuelo de larga distancia y sin escalas, disculpen las molestias.

Esta llama está sorprendida, que angustiante es saber que la mejor empresa en su rubro tenga previsto poder volver a la normalidad en un lustro. Mientras el futuro para aquellas empresas que tan sólo conforman una pequeña parte de ese sector, como Embraer o ATR, es incierto. Se enfrentan a un vuelo sin escalas, con escaso combustible y poco personal de cabina. La pista de aterrizaje se ve algo incierta.