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Un decremento con esperanza

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    LaLlamaFinanciera
  • 26 nov 2020
  • 2 Min. de lectura

Por: Diego Clavijo Orozco


La economía boliviana, como muchas otras, apenas comienza a reponerse de las pérdidas causadas por la pandemia. A más de ocho meses del primer caso positivo de coronavirus en nuestro país, la economía está ansiosa de reponerse; después de una cuarentena bastante larga y con restricciones a muchos rubros que todavía se mantienen vigentes.


Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la pandemia y políticas mal aplicadas hicieron que el decremento sea del -10,00% para septiembre, siendo la cifra más baja la de junio, cuando el decremento acumulado fue de -11,11%.


Cabe recalcar, que pese a este decremento general, existe crecimiento en dos sectores; el de comunicaciones con 5,65, y el de agropecuaria, con 1,92, y cómo olvidarnos de la administración pública que tiene el crecimiento de 1,16. En la otra cara de la moneda, están rubros como el comercio, con una caída del -9,67, la industria manufacturera con -11,91, y la minería con el -36,46, por citar algunos ejemplos (El Deber, 2020).


La caída general demuestra que sectores como la metalurgia, el transporte, entre otros, se encuentran con un decremento alto para el mes de septiembre, y que, de hecho, fue igual o peor en los meses anteriores.


Es importante mencionar que el INE habló también de una lenta recuperación, ya que menciona que desde septiembre comenzaron las flexibilizaciones; algo que si bien resulta poco alentador en números, lo es en resumidas cuentas.


Si tenemos que rescatar algo, es el crecimiento del sector agropecuario, el cual tuvo serias pérdidas en agosto por bloqueos y conflictos sociales, así como en los meses posteriores por desastres naturales como incendios y sequías. De hecho, estas últimas continúan en algunos departamentos de Bolivia.


Destacando lo negativo, la minería y la explotación de recursos naturales muestran un decremento extremo y preocupante. Esto también se ve inferido por el decremento similar en otras economías de la región, las cuales se vieron afectadas por la pandemia, lo que genera pérdidas respecto a estos rubros. Igual hay que sumar que aún varios sectores no pueden retomar sus actividades, rubros como la gastronomía, el turismo, y el ocio.


Si bien el decremento sigue existiendo, y esto augura un futuro oscuro para la economía de Bolivia, los números (aunque pequeños) muestran una esperanza en la flexibilización.


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