¿Un nuevo modelo económico para Bolivia?
- LaLlamaFinanciera
- 10 abr 2022
- 2 Min. de lectura

Por: Fabián Miranda
Mediante un nuevo estudio, la Fundación Milenio, advirtió que Bolivia se encuentra a la zaga en Inversión Extranjera Directa en América Latina, al que sugiere que se deberían tomar acciones urgentes para volver a ser un país atractivo para invertir
“El Capital Constructivo, la inversión extranjera en Bolivia”, es un libro publicado por la fundación con un aporte por parte de diversos investigadores, teniendo como coordinador a Henry Oporto.
Los datos brindados por el libro se basan en información extraída de la Cepal, cuya interpretación revela que de 2005 a 2010 Bolivia captó alrededor de 1.761 millones de dólares en IED, de 2012 a 2017 otros 5.069 millones de dólares, sin embargo, de 2018 a 2020 se tuvo un flujo negativo de -1.012 millones de dólares. Prácticamente inaceptable, teniendo en cuenta que los otros países de la región aún tuvieron millones de dólares en entrada de capital.
Por otra parte, esta investigación intenta examinar las inversiones que estimularon la expansión y modernización de algunas áreas de la economía explícitamente, así como sus diferentes efectos multiplicadores en diversos sectores.
Además, busca describir las distintas condiciones normativas, institucionales y económicas, dentro las cuales operan dichas inversiones, algunas veces para incentivarlas y en otras para asfixiarlas, en correlación con los cambios dentro del escenario político, además de aprender de las experiencias y nutrir el debate sobre las acciones que permitan el crecimiento de una corriente a favor de la IED, y una mayor relevancia del sector privado.
Entonces, el concepto de capital constructivo alude a las experiencias de éxito del IED en la economía boliviana, que brillan por sus características de integridad, transparencia y respeto a la legalidad. Inversiones que priman las buenas prácticas empresariales y un aporte real al desarrollo socioeconómico de Bolivia.
Se toman por ejemplo, casos de estudio como la Empresa Minera San Cristóbal, Empresa Minera Paitití, Transredes, Cobee, Tigo, Alicorp y Gravetal, Cervecería Boliviana Nacional (CBN), Unilever, legislación nacional e internacional en materia de inversiones.
En otro capítulo por ejemplo, el capital constructivo se diferencia del capital corrosivo, puesto que se refiere una determinada práctica de contrataciones estatales para obras públicas, de empresas vinculadas a regímenes autocráticos, aunque no exclusivamente.
Concluyendo, el libro tiene como objetivo fomentar el debate de un cambio del modelo de crecimiento, sobre dos pilares: La inversión privada como motor de crecimiento y diversificación, y la productividad como eje de transformación productiva e incremento de las exportaciones. Según el estudio, la reciente crisis deslumbró los límites y el anacronismo del modelo de capitalismo estatal, modelo que financieramente ya es insostenible, y que además no cumple lo que la ciudadanía demanda, puesto que si se realiza un cambio significativo, el Estado podría enfocarse en lo que exige la población: mejor salud, educación de calidad, seguridad ciudadana, apoyo a los emprendedores y asistencia a grupos vulnerables.
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